La necesidad es clara, pero tener visibilidad y accesibilidad son fundamentales antes de exportar

Por: Aurora Rivera Arguinzoni

Las emociones positivas que genera una marca son el activo sobre el cual construir o fortalecer su imagen. Sin embargo, si la marca, producto o servicio no se hace ver, resulta inaccesible y no se vende.

El pasado fin de semana muchas empresas de Puerto Rico aprovecharon las Fiestas de la Calle en Miami y Orlando para promover sus productos, pero finalizada la verbena apenas se les ve. Como puertorriqueña que recién emigró al sur de la Florida todo lo que siento son emociones positivas cada vez que veo algún producto puertorriqueño. Por ejemplo, he notado que muchos adolescentes se identifican como boricuas entre sí por las prendas de vestir de una marca nativa que se ha hecho muy popular entre ellos porque los identifica y los une. Las emociones son poco capitalizadas por esa y otras marcas puertorriqueñas en nuevos destinos de la diáspora.

Según la organización CityLab, luego del huracán María entre los destinos principales de nuestra migración figuran Orange, Osceola, Miami-Dade, Hillsborough, Polk, Broward y Seminole en Florida; el Bronx en Nueva York, Hampden en Massachusetts y Filadelfia en Pennsylvania. De acuerdo con el Centro para Estudios de Puerto Rico del Hunter College la tercera mayor oleada se dispersó entre Florida, Pennsylvania y Texas, seguida de Nueva York, New Jersey, Massachusetts, Connecticut, Ohio, California e Illinois. El centro anticipa que entre 2017 y 2019 Puerto Rico perderá 470,335 residentes.

El sur de la Florida se ha convertido en hogar de muchos profesionales puertorriqueños en áreas como medicina y ciencias de la salud, ingeniería, telecomunicaciones y pedagogía, entre otros. Les confieso que, a pesar de los esfuerzos de muchas empresas en años recientes, muchas veces me siento huérfana de nuestras marcas porque no las encuentro.

De acuerdo con el “Estudio de impacto económico y social de la empresa local” publicado por Estudios Técnicos en septiembre pasado, 93.3% de los encuestados indicaron que su motivación principal para comprar en comercios puertorriqueños era “apoyar al empresario local”. La segunda motivación (93.0%) fue: “siento que estoy aportando a Puerto Rico”; ese deseo no se apaga por vivir lejos. Sin embargo, lejos del terruño la falta de visibilidad (poca accesibilidad) es un problema y comprar por internet aun es demasiado costoso.

Por eso la importancia de elaborar y ejecutar buenos planes de comunicación y mercadeo antes de empezar a distribuir, porque como dice el viejo adagio: “lo que no se ve, no se vende”.

  • Nota: una versión editada de este blog fue publicada en la sección Minuto Empresarial de El Nuevo Día el 17 de agosto de 2019.