Por: Aurora Rivera Arguinzoni

Publicado en magacin.com

Trabajar por cuenta propia o ser dueña de una empresa a veces llega por herencia, por tradición familiar, pero cuando ese no es el caso ayuda tener razones poderosas que hagan emerger las destrezas y cualidades necesarias para el éxito, sobre todo si el panorama luce poco alentador.

Magacín conversó con tres emprendedoras cuyos trasfondos e historias profesionales son bastante disímiles y revelaron sus poderosas motivaciones para lanzarse a la aventura incluso más de una vez. Resulta que aun dentro de su diversidad, hay coincidencias.

Ivette Torres, la única con educación en negocios y amplia experiencia en el mundo del comercio al detal, lo hizo inicialmente para poder estar más cerca de sus dos hijas luego de divorciarse. Gisel Santiago, corredora de bienes raíces, cambió su carrera como maestra del salón de clases para aventurarse como contratista mediante propuestas para el Departamento de Educación de Estados Unidos y finalmente dio el salto a la venta de seguros y las bienes raíces. Y la comunicadora e historiadora Maricelis Rivera Santos se separó de una fructífera carrera como periodista en varios de los principales medios informativos de Puerto Rico para convertirse en profesora universitaria y asesora en comunicación y desarrollo de negocios. Aquí comparten algunos de los beneficios de ser sus propias jefas.

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